Hacía tiempo que no podía estar conmigo misma. Llena de
obligaciones y no tan obligaciones, sin parar por casa y viviendo un poco la
vida de los demás. Tenía ganas de quedarme, de estar tranquila con mis
escritos, mis dibujos, mis lecturas, mis películas o series y, sobre todo, quedarme
en mi casa ordenada y limpia, haciendo los quehaceres semanales y disfrutando
de ella, que a veces solo paro por ella para dormir y ducharme.
Hay temporadas en las que apetece no estar ni un segundo en
casa y otras, en las que necesitas sofá y algo de aburrimiento. En mi caso,
esto segundo no ocurre, porque siempre se me ocurre hacer alguna cosa. Eso sí,
procrastinar, procrastino, porque acostumbro a hallar algo que me apetece hacer
más que aquellas obligaciones adquiridas que no sé por qué me tuve que comprometer
a ellas.
Además, con este día nublado y triste (que, por cierto, a mí
me encanta), que amenaza con tormentas y lluvias y que ya te incita a la
reclusión, ¿quién es la valiente que sale a ver mundo? Yo no, por supuesto.
Así que de nuevo me he planteado intentar levantar el blog.
Cosa que, como podéis deducir, no consigo. Mi escritura personal, ya la hago en
mis diarios y en mis libretas. Con el blog, quiero ser leída. Me he planteado
que esta falta de lectoras pueda ser porque no interesa demasiado lo que
escribo, pero por otro lado, las pocas que tengo y amigos con los que lo he
comentado piensan que es interesante y que además está bien escrito. Esto me
hace recordar, al principio, cuando empecé a mostrar por las redes textos
escritos por mí, lo insegura que estaba porque no tenía claro que escribiera
medianamente bien y que lo que escribiera interesara. Ahora, después de tantos
años, tengo claro que mi comunicación escrita es bastante decente y que de vez
en cuando escribo alguna cosa con chispa y gracia.
Esta temática de la escritura, no es la primera vez que la
toco. Es un tema bastante recurrente en mí. Hablé con varios escritores y todos
se plantean su propia escritura. Me dijeron que va implícito con escribir. Así
que, a pesar de poder resultar pesada, aquí lo dejo plasmado. Al fin y al cabo,
son los pensamientos que tengo hoy por la cabeza.
6 comentarios:
Desde que te leo, siempre me ha gustado cómo escribes. Tienes un estilo claro y muy bien cuidado. Sin duda se puede afirmar que escribes bien, incluso muy bien. Sería una pena que dejaras el blog. Espero que no lo hagas. Un fuerte abrazo.
A veces no sé distinguir si escribes en serio o en ficción (eso me encanta). ¿Has ficcionado a alguien que aspira a escribir bien, o realmente has infravalorado lo que publicas? Por si fueras en serio, te comentaré cuatro cositas:
Mira, Dintel, he leído entradas de tu blog que me han puesto la piel de pavo, erizado los pelos del cogote, y producido escalofríos. La primera vez me pareció tan absurdo que tuve que releer el texto para comprobar si se repetían esos escalofríos, ¡y se repetían!; sigo sin entender qué ocurre. Tienes "duende". Tienes "algo". O seré yo que tengo electricidad estática.
Si quieres más lectores bastará con reducir la extensión del texto y rellenarlo de emoticonos, memes denigrantes y "bideos grasiosos" de gatitos peándose.
Sólo tú puedes escribir como tú :)
Desbordamientos puntuales, en principio mi idea no es dejar el blog. Me gusta mucho escribir y esta manera de hacerlo, mucho más. Me encanta comparar el post con un imput. Es la intención que tengo, un escrito, una información.
Alejandro A.D., me siento halagada y animada con tus palabras. Gracias. Espero seguir satisfaciendo tu lectura por mucho tiempo.
Pues me alegro un montón de que tu intención sea esa, porque sería una pena que un blog de calidad como el tuyo dejara de estar activo. Un fuerte abrazo.
Desbordamientos Puntuales, gracias por tus palabras. Es grato saber que se valora el esfuerzo.
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