9/10/19

Entre telas


Sucumbo en la repetición del gesto; mi mirada pasea vacía de pensamiento. Un cansancio, que en su tiempo fue anodino, brilla gozoso y opulento.

Y en el medio del alma, tu cristal, que se clava y se ensaña sin mediar palabra. Amor lo llamamos en un tiempo, cuando nos besábamos hasta el alba.

Devorada entre papeles, con la vida deslucida, reviviendo en la memoria tu tan añorada sonrisa.

Y aunque la luz se deshile, tras tu marcha repentina, amor, dolor y muerte alumbraran, por siempre, mi pétrea vida.

2 comentarios:

Desbordamientos Puntuales dijo...

Jodó... Pedazo poema... Me ha emocionado un poco...

dintel dijo...

Desbodamientos Puntuales, el poema está para ser sentido.