26/10/19

Etiquetando


Cuando era pequeña pensaba que era la oveja negra de mi familia. Nunca congeniaba con su sintaxis familiar. Luego descubrí que la familia se aguanta y los amigos se eligen, por eso, mi sintaxis se hallaba en mi grupo. Pero eso fue solo en el momento de la adolescencia.

Las obsesiones parece que se van, pero siempre acaban regresando, es por eso que ahora pienso que soy la oveja negra de mi trabajo. Y este pensamiento ha emergido de no se sabe dónde con una gran fuerza. No es que haya habido conflictos que preludiaran mi situación en el rebaño. Pero a veces carezco de la inteligencia precisa y en este caso se precisaba inteligencia emocional que dieran cuerpo y garantía a mi situación social.

Dicho esto, no me toca otra que abogar por mi pulcritud sintáctica y, con premura, pasar con gran envergadura (y no me da la gana de romper la rima) de todos y cada uno de mis compañeros laborales.

¡Viva el negrismo ovejero!, he dicho.

2 comentarios:

Laura dijo...

Yo he pasado por algo similar esta semana...
:)
Prefiero ser diferente... estan "agilipollados".--jajaja besos.

dintel dijo...

Laura, deberemos hacer un grupo de diferentes.