A primera hora de la mañana, y cuando digo “primera” no exagero, porque es esa hora en que las agujas del reloj forman un ángulo de 180º, esa hora en la que aún no hemos puesto la maquinaria cerebral en funcionamiento y nuestros ojos siguen presentando la rigidez de haber albergado un par de nocturnas legañas, a esta hora en que el sueño a desaparecido pero su inercia no, a esta hora, esperándome un viaje de tres cuartos de idem, se sienta a mi lado un jovencillo con el Ipod a todo trapo y música máquina.
Todo el autobús pone cara de “Bienvenidomistermusicmecagoentó”. Imposible concentrarse en la lectura, imposible dormitar, imposible cualquier cosa que no sea dejar que ese no anhelado machaque musical te perfore las sensaciones del momento. Con sus efectos colaterales: chasquidos de lengua de las personas mayores y educadas, resoplidos de los que intentaban dormir, cambios bruscos de postura a ver si se daba cuenta. Nada. El musical pasajero ni se entera.
Qué unidos que estábamos los pasajeros de ese autobús, ateos y no ateos rezando la misma oración: “Que se baje en la próxima”.
14 comentarios:
Ay! qué mal sienta cuando eso pasa. Y claro, no se puede decir. Que se baje en la próxima, como muy bien dices.
Que poca tolerancia, y si era un triunfin de esos...que nunca se sabe donde hay uno, como un champiñon.
Besines
...a esas horas no se puede escuchar cualquier música...sin estridencias...por favor...
Buenos días!
ya se arrepentirá el chaval...
si que madrugas si... viste la pedazo de luna de esta mañana?
Yo es que a esas horas, no soy ni personja. Habría dejado de oír la música en cuanto me hubiera sentado, pero desde luego que en algún nanosegundo habría pasado por mi cabeza la idea de asesinarle, aunque no tendría fuerzas para eso.
¡Cómo te entiendo! ayer me pasó lo mismo en el metro pero con un chico que entró jugando a la Psp y tenía el volumen a toda caña. no veas qué rallada tener que aguantar los ruiditos del juego en el que el tío estaba total y absolutamente enfrascado. Todo el mundo le miraba exactamente igual que vosotros al del IPOD.Feliz jueves, que aún es pronto para felicitar otra cosa ;-)No tengo nada de Scrooge, te lo aseguro.
Factor XXXXXXXXXXXX......
y menos a esas horas, aunque a cualquier hora que pase se te crea una confusión mental...
Besicos
Encarna
Desde luego, cómo fastidian estos nenes cuya música cabrea hasta al más calmado. Eso sí, peores son los adolescentes que, móvil en mano (substituto del radiocassette al hombro) machacan de bachata las calles o transportes públicos.
Saludos
(por cierto, tengo aquí a Lucy tocando la flauta. Como está afónica y no tiene Ipod...)
Como no viajo en transporte publico no me pasan esas cosas.
Pero no sabes cuanto odio a los taxistas...
¬¬
De lo que no tengo duda alguna es de lo que madrugas, eso de las agujas formando 180º es muy bueno, pero en vertical claro jijij.
Yo no podría ufff.
:-)
jejejeje... Por cierto, odio madrugar... tenía que ser voluntario! Un beso
a veces sueño con poder molestar a todo el pasaje con la música que llevo en mi mp3
pero no sé si lo logro, al menos nunca nadie me ha dicho nada... como a ese chico con la música 'máquina' jajaja
En circunstancias como esa que has vivido es cuando se me viene a la cabeza una frase que le oí a mi hermana que no recuerda a quién se la oyó, pero que reproduce, exactamente, la reacción que me produce: "Si hubiera tenido un bate de beisbol a mano, estaría en la cárcel".
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