26/12/07

Tú, oh, diosa

Subida en el púlpito palpitas y en cada pálpito vomitas tu ego. Siempre por encima de la humanidad. Manida tu estampa y manido tu discurso que sigue únicamente tu curso y al resto del mundo estampas. No pides palio, por lo que representa, más no por ello presentas una falsa dignidad que ni da ni sabe quitar pues no se puede paliar lo mucho que te dignificas. Todo esto significa que caminas por caminar sobre el mundo, aquel que los poetas versifican. De la maldad te crees exenta y sin pagar renta, mi amiga, pues la cosa tiene miga, te piensas inmortal, y el resto, la plebe como tal, no te llega a la barriga. En tu panza se halla la balanza que con tu lanza hace justicia y me refiero al ombligo, que no abriga pero obliga a rendirte culto por honesta, bulto que huye la gesta de todo aquel que se te indigesta.

Dicho y hecho, recorrido este trecho con mis palabras, a ver si te enfadas y ladras, creyéndote juzgadora del bien y del mal. Tú que concedes el perdón y otorgas la rectificación, a ver si accedes a mi venia, que para esto venía todo este acceso lingüístico, y dejo ya para lo místico, tu inmortal y digna presencia.

1 comentario:

Kichiaya dijo...

Una bella poesía, que según cómo sea entonada, parece melodiosa canción de hip-hop.

xDDDDDDD.